Hay una tensión oscura en el silencio la intuición de una pérdida imborrable algo impreciso que señala el límite olor a despilfarro del deseo... (¿Cómo expresar lo inefable, mi buen W. si no puedo contarlo con palabras?)
La gente y sus caras también hablan. Su cerrar de ojos, te advierte. Su sonrisa, te contagia… Comunicar es algo más que hablar, y tú lo sabes, mi querida Mare :-)
A veces comunicar ( o tratar de) se convierte en una gran cuesta, y a mitad de la subida uno se para y no sabe si seguir subiendo o pararse un rato o bajar, porque fatiga :) Pero tienes toda la razón, Mari Carmen, toda.
Rafael Alberti, claro está que en otras circunstancias, lo expresó así:
Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Pues para no poder expresarlo con palabras,lo has hecho a la perfección. La intuición de una pérdida imborrable"...he sentido esta muy adentro y...bufff!!! Maravillosa entrada! Un beso inmenso!!!
Aunque las emociones, casi por definición, son sin palabras (ellas y su existencia propia)nos empeñamos en nombrarlas... Me alegra poder compartir algo de eso. Muchas gracias, favole.
Juer, hermana, no me vengas con esto a estas alturas. Dejando a Wittgenstein aparte, que su guerra iba por otro lado (y no te metas con él, porfa, que ya sabes que lo mío por W., es auténtica de-vo-ción), ¿cuál si no ese es el oficio y del escritor en general y del poeta en particular y el sentido del trabajo de ambos? ¡Decirlo todo! Cuesta, ya lo creo que cuesta pero... ¿qué trabajo no cuesta en esta vida? Un abrazo, hermana grande.
Quizás con la mirada se pudiera transmitir lo que dices.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Cualquiera sabe, Rafael... a veces es complicado hasta saber qué se quiere decir.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo.
La gente y sus caras también hablan. Su cerrar de ojos, te advierte. Su sonrisa, te contagia… Comunicar es algo más que hablar, y tú lo sabes, mi querida Mare :-)
ResponderEliminarBesos y abrazos.
A veces comunicar ( o tratar de) se convierte en una gran cuesta, y a mitad de la subida uno se para y no sabe si seguir subiendo o pararse un rato o bajar, porque fatiga :)
EliminarPero tienes toda la razón, Mari Carmen, toda.
Montón de besos para ti.
Rafael Alberti, claro está que en otras circunstancias, lo expresó así:
ResponderEliminarAhora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste,
lo desgraciado y muerto que tiene una garganta
cuando desde el abismo de su idioma quisiera
gritar lo que no puede por imposible, y calla.
Siento esta noche heridas de muerte las palabras.
Salud!
Ah, Loam, estos versos de Alberti son palabras mayores!!
EliminarMuchas gracias por recordármelos, compañero.
Salud!
("...heridas de muerte las palabras", qué imagen tan potente)
Precioso poema, María. Precioso.
ResponderEliminarGracias, 81. El bueno y sesudo Wittgenstein no sé si vería bien que me acordara de él para un divertimento :)
EliminarUn beso.
Yo tampoco lo consigo. Pero tú, querida amiga, si. Es más, tus palabras van más allá de una mirada. Que ya es bastante.
ResponderEliminarUn beso gordísimo!
Un besazo para ti, Holly, gracias por tus palabras!
ResponderEliminarPues para no poder expresarlo con palabras,lo has hecho a la perfección. La intuición de una pérdida imborrable"...he sentido esta muy adentro y...bufff!!!
ResponderEliminarMaravillosa entrada!
Un beso inmenso!!!
Aunque las emociones, casi por definición, son sin palabras (ellas y su existencia propia)nos empeñamos en nombrarlas...
ResponderEliminarMe alegra poder compartir algo de eso.
Muchas gracias, favole.
Otro beso enorme para ti.
Juer, hermana, no me vengas con esto a estas alturas. Dejando a Wittgenstein aparte, que su guerra iba por otro lado (y no te metas con él, porfa, que ya sabes que lo mío por W., es auténtica de-vo-ción), ¿cuál si no ese es el oficio y del escritor en general y del poeta en particular y el sentido del trabajo de ambos? ¡Decirlo todo!
ResponderEliminarCuesta, ya lo creo que cuesta pero... ¿qué trabajo no cuesta en esta vida?
Un abrazo, hermana grande.
Wittgenstein estaría encantado de tenerte como de-vo-ta admiradora, seguro :)
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Vichoff!