Pospongo la decisión y trato de dar esquinazo al olvido a través de trucos tontos. Hay quien sabe sacar cartas de la manga, otros sacan conejos y palomas de una chistera... yo misma parezco sacada de una chistera.
Escucho flamenco en la radio y voy siguiendo el compás dejando que mi alma se acople a los distintos palos; nunca he sido capaz de entender este cante intenso que me llega a lo hondo, me impregna la piel y se me clava a lo más profundo del sentimiento.
El lamento de una soleá del Cabrero me pone los pelos de punta, una carcelera me estremece y lloro por alegrías...
Me empeñé durante un rato, tras despertar, en seguir en el limbo del semisueño y por ahí anduve un rato, entrando y saliendo de sueños extraños mezclados con retazos de pensamientos como flashes, todo ello en tonos grises muy incómodos. A duras penas he conseguido despertar del todo para llegar a la cocina a preparar café y ver por la ventana que hay colores persistentes.
Amenaza lluvia.
Los colores se desvanecen, nuevos grises llegan por el oeste...