miércoles, 14 de mayo de 2014

Flores de piedra a la sombra de las acacias desnudas

(Los balizadores del desierto. Nacer Khemir)

Una mujer camina todas las tardes por una playa pedregosa y accidentada. Anda despacio, lleva un cesto en la mano y la acompaña un perro blanco que corretea alrededor de su dueña o persiguiendo gaviotas. De vez en cuando la mujer se para, se agacha y coge una piedra. La mira, la toca, la gira entre sus manos... A veces se acaricia las mejillas con la piedra. Es muy selectiva. 
Durante el invierno pinta flores en esas piedras. Tiene una habitación llena de luz, botes de laca de todos los colores y muchos pinceles. Pasa las tardes de frío pintando un jardín imaginado, un jardín imposible en una tierra donde la única humedad viene del mar y trae salitre.
Ella se rindió hace tiempo a la fuerza del desierto. Admira a los supervivientes: las acacias raquíticas, los pinos torcidos, las pitas capaces de nacer en una roca y, sobre todo, admira a los cactus que, impresionantes, regalan cada año una enorme flor magnífica en colores de fuego y tacto de seda. 
En medio de la tierra calcinada, ella planta sus propias flores de piedra: rosas de distintos colores, tulipanes alternando con margaritas, amapolas, pensamientos, azaleas, jazmines... Separa los distintos arriates con setos de adelfas de hojas agudas (hojas pintadas en verde oliva, flores blancas y rosas). 
Su jardín es una imposible arqueología de flores, conchas y caracolas.
De vez en cuando modifica el diseño: combina de otra forma los colores, agranda o achica parterres, cambia las flores… Sus piedras siempre tienen las flores adecuadas para cada estación: nunca pone azucenas fuera de mayo, por ejemplo. 

La mujer murió hace tiempo.
La hija, cuando va a la casa, contempla la desolación de las plantas muertas y el esfuerzo de las que viven a duras penas, chupando agua que extraen de no se sabe dónde. 
Pero allí en medio están los jardines que dejó su madre, brillando tercamente bajo el sol. 
Y por fin entiende. 

14 comentarios:

  1. Bonito relato el que nos dejas, felicidades.
    Un abrazo.

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  2. Yo de jovencito tenía muchos acuarios en casa. En ocasiones sueño que aún los tengo en un cuarto oscuro y que los pobres peces subsisten de la manera tan increíble como subsisten las plantas que nos has descrito en tu relato. Gracias por contarnos tantas cosas lindas.

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    1. Gracias por leerlas...
      Pienso en tus peces: la próxima vez que sueñes con ellos, abre las ventanas de los acuarios al Mediterráneo, yo los veré pasar mar afuera :)

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  3. Gracias a dios que lo ha entendido, y no ha pasado por encima, recogiéndolo o dejándolo olvidado.

    Un abrazo!

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    1. Imagina, recoger esas flores del desierto y dejar el jardín abandonado al salitre... Una pena. Mejor así, con los colores desafiando la sequía...

      Un abrazo, Miguel!

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  4. "Su jardín es una imposible arqueología de flores, conchas y caracolas". Gostei muito deste texto.
    Beijo.

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    1. Estou muito obrigada pela sua visita e suas palavras.

      Beijos.

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  5. Los escritores somo como esa pintora de flores pétreas. Encontramos algo bello y distinto, que no ve todo el mundo, lo dejamos en el desierto y, a veces, solo a veces, alguien recibe el mensaje.

    Un abrazo.

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    1. Tu comentario es una preciosidad...
      Muchas gracias, José Antonio.
      Un beso.

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  6. Un jardín de piedras... Qué hermoso desafío, hermana.
    Un abrazo.

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  7. Un jardín de piedras es la opción en terrenos hostiles :)
    Un besazo!!

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  8. Qué bello, María. Te echaba de menos, pero la culpa es mía por venir a hurtadillas. Siempre logras que salga una tierna sonrisa cuando leo tus palabras. Y más cosas, vuela mi imaginación y veo a la mujer, perseverante y creadora, que pinta flores pétreas, y veo el reflejo de todas las mujeres, siempre creando para que algo permanezca tras la propia vida.
    Algún día veré tu rostro y esbozaré una amplia sonrisa de satisfacción. ¡Serás como imagino!
    Besotes grandes y disculpa tanta ausencia, ando perdida en caminos extraños y me cuesta regresar al sendero, pero ya voy en camino.

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  9. Mafalda, me alegra mucho tu presencia. Siempre.
    Tu comentario es maravilloso, un homenaje a todas las mujeres.
    Ojalá pudiera encontrarte en alguno de esos extraños caminos y buscar contigo el sendero. Estoy convencida de que encontrarás el que necesitas. Espero que sea así :)
    Un beso y un abrazo enorme!!

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