Hay cosas que nos arrugan el corazón. Yo, que mañana salgo a trabajar una semana a México, no he podido dejar de acordarme de los niños de la calle. Es muy duro sentir el sufrimiento de los demás, pero es mucho más duro aún, cuando esas personas son niños. Abandonados, sucios, enfermos, luchando por sobrevivir, arriesgando su miserable vida por un peso.
Por desgracia, cada vez resulta menos raro encontrar estas escenas en todas partes, ya casi forman parte de nuestro paisaje cotidiano... Lo cual dice mucho de nuestra sociedad. Espero que tu estancia en México sea lo mejor posible. Un abrazo.
Triste, ¡muy triste...!
ResponderEliminarUn abrazo.
Triste e indignante, sí.
EliminarUn fuerte abrazo, Rafael.
Hay cosas que nos arrugan el corazón. Yo, que mañana salgo a trabajar una semana a México, no he podido dejar de acordarme de los niños de la calle. Es muy duro sentir el sufrimiento de los demás, pero es mucho más duro aún, cuando esas personas son niños. Abandonados, sucios, enfermos, luchando por sobrevivir, arriesgando su miserable vida por un peso.
ResponderEliminarPor desgracia, cada vez resulta menos raro encontrar estas escenas en todas partes, ya casi forman parte de nuestro paisaje cotidiano... Lo cual dice mucho de nuestra sociedad.
EliminarEspero que tu estancia en México sea lo mejor posible.
Un abrazo.
Hermana, es que se nota que no tienes ni que pensarlo.
ResponderEliminarTe sale así.
Vaser que poesía eres tú.
Es tristemente hermoso.
Besos, muchos.
La escena se "relata" sola. Tristemente, apenas necesita palabras...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, querida sister.