sábado, 3 de septiembre de 2011

Contra pronóstico

 
Contra lo esperado, dada mi natural desidia y desapego informático, he recordado que tenía un blog y hasta he recordado la manera de llegar a él: asombroso. Me refugio en esta soledad de palabras para mí misma, al fin y al cabo un sinsentido... Como tantos otros.
 
He vuelto hoy a casa de unas largas vacaciones donde han primado la soledad ruidosa y la tristeza casi permanente. Vivir sola rodeada de gente es mucha soledad; vivir triste mientras sonríes y alientas es mucha tristeza.
 
Quiza por eso, al llegar a casa he recordado este espacio en el que me hablo sin disimulos y pienso que lo bueno de esto es no tener que defender la soledad ni esquivarla, no buscarla porque está, no huírle porque es una aliada valiosa a la que amo.
He tenido algunos dolores estos meses que me han dejado machacada el alma.
Me propongo dejarme vivir. Simplemente respirar, vivir en la eternidad del instante. Ojalá pueda.

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