viernes, 16 de septiembre de 2011

Buenos días, Pepi


Me encuentro a Pepi en la puerta del colegio. Sin transición, tras el saludo breve y obligado, inicia su letanía de penas de siempre que, inevitablemente, empieza por el estribillo de "ay, mi marido es que es muy raro, hija... tú, en cambio, qué bien vives, etc."
Yo me cargo de paciencia porque Pepi y yo tenemos un cierto grado de amistad de barrio y porque, de manera natural, me predispongo siempre a escuchar las quejas de los demás.
Su tesis favorita es que no puede hacer nada, "pero nada de nada". Un viaje a un lugar cercano, ir al cine, dar un paseo más allá de los límites del barrio por ejemplo, es algo para ella fuera de su alcance, dice, porque a su marido no le gusta, o no tiene ganas de moverse, o... Lo que sea. Da igual. En todo caso, un imposible.
En el fondo, según creo, ella se queja de no tener una vida propia. En su discurso subyace la idea de que ella vive en función de los gustos de otro, en este caso su marido, aunque no lo exprese así y quizá ni se atreve a pensarlo. 
Le digo que un marido no es un hígado ni ningún otro órgano vital y que, por lo tanto, ella podría decidir hacer algo sola, sin él. Me mira descolocada. No es la primera vez que le digo eso o algo parecido; es tan natural, tan de lógica elemental, que lo suelto sin pensar, forma parte de mi modo de entender las relaciones. 
Pero es la primera vez que veo a Pepi escuchar lo que digo, y sé que lo ha escuchado porque interrumpe la metralleta de palabras lamentosas y dice algo así como que es cierto, que va a pensar en eso...
Nos despedimos. A ella la espera su marido en el bar para desayunar juntos; yo me vengo a casa, donde nadie me espera. Perdón, me espera mi gato.
Ahora estoy un poco alarmada y un poco a la expectativa de ver lo que Pepi piensa hacer con esa información sobre la diferencia entre un marido y una pieza vital del organismo.
Espero que al menos salga a ver una película al centro con alguna amiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario.