jueves, 3 de febrero de 2011

Viento de desencuentros


Los malos entendidos son algo curioso. A veces hasta resultan interesantes. Uno dice, otro entiende...Y el mensaje primigenio queda inmediatamente desposeido de su valor inicial, alrededor de él se construye todo un mundo de interpreteciones que tienen que ver con el sistema de pensamiento del emisor y del receptor, más que con las palabras enunciadas. Con el pensamienro, pero mucho más con el sentimiento, con todo el entramado de emociones, adhesiones y contradicciones que algo dicho puede desencadenar en uno o varios oyentes. Sin olvidar el contexto, y sin olvidar el momento personal de cada "actor"...  Muy complejo el asunto de la comunicación.
No sé por qué me levanto pensando en esto, o quizá sí. Anoche tuve esa sensación de no estar siendo entendida y de no entender a mi vez, de tener una conversación que se desarrollaba en distintos niveles, pero niveles paralelos siempre, de modo que seguir y tratar de encontrar el punto de convergencia para comprender me pareció un esfuerzo tan grande y de tan dudosa eficacia, que lo dejé estar.
Queda siempre en el fondo la sensación de soledad.

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