viernes, 1 de noviembre de 2013

Halloween


Un niño con un hacha clavada en la frente y goterones de colorante corriéndole por la cara, viene a mi porche y me dice que esta noche pasarán a pedirme dulces. Se me cae de golpe el libro al suelo. El niño lo recoge y me lo entrega con una sonrisa llena de dientes de leche... Me doy cuenta de que hoy es esa fiesta tan cinematográfica y globalizada y que tengo que hacer algo para cuando llegue la invasión anunciada de monstruos varios. Entro en la cocina y cojo papel para hacer la lista de chucherías que quiero comprar.
Oigo la voz de mi abuela muerta que me dice, con su tono de siempre: "hija, sólo se te ocurren tonterías..." "¡Abuela! es una fiesta infantil y..." pero su fantasma acaba de desaparecer por la pared, justo por detrás del arcón de pino.

En el supermercado, Paca me atiende vestida de novia cadáver. Muy seria, con su cara blanca y el velo que la cubre entera, va pasando ante la caja registradora mi colección de chocolatinas, caramelos y bolsitas llenas de porquerías de todo tipo. De vuelta, saludo a dos vampiros que toman una cerveza en la puerta del bar y que se ríen hablando con el dueño, un señor que lleva un puñal clavado en el pecho y limpia el mostrador con una bayeta que simula un sudario.

"Tienes razón, abuela, esta fiesta es una tontería, la gente parece que se ha vuelto loca", digo al entrar en casa, mientras pongo las golosinas en bandejas. Mi abuela apenas me escucha, entretenida como está en limpiar los dorados de la cocina, ya absolutamente negros. Murmura desde su inmaterialidad que no comprende cómo puedo dejar así los peroles de cobre, con lo bonitos que están limpios y brillantes.

Oigo a los niños acercarse pidiendo a gritos sus dulces.
- ¡¡Abuelaaaaaaaaaaaa....!! los niños...
- No grites, que es una ordinariez; además, no pienso participar en esa pamplina...
Reparto todas las chucherías a grupos de niños que van llegando a casa disfrazados de seres terroríficos y con cubitos de plástico en forma de calabaza en las manos. Ha sido divertido.
Pero sé que a mi familia no le ha hecho gracia, ellos son más convencionales y... bueno, no les gusta que haya jaleos en casa.

Viernes, madrugada.
Esta noche hay tertulia familiar en la mesa camilla. Me han despertado murmullos en la sala y me he asomado a ver. Mi abuela, más ectoplásmica que nunca, cuenta a todos mis antepasados muertos la tarde tan loca que he tenido. Mi padre fuma pegado a la pared de la chimenea y veo el humo azulado entrar en su cuerpo transparente; mi madre hace punto, con las agujas entrechocando en sus dedos huesudos; unos cuantos fantasmas que parecen salidos de sus propios retratos se distribuyen por sillas y mesas. Me miran todos con reproche e inician un discurso sobre las buenas maneras. Me recuerdan que debo pasarme a limpiar sus tumbas en vez de andar en fiestas exóticas y extravagantes. Les anuncio que si siguen tan exigentes, mañana mismo cojo el coche y me marcho. Ponen unas caras tan mortalmente tristes, que me arrepiento enseguida y desmiento mis palabras. Les aseguro que mañana iré al cementerio cargada de flores para todos y me vuelvo a la cama, muy digna y muy cansada.
Dicen que me esperan donde siempre.
Los oigo hablar bajito toda la noche.

15 comentarios:

  1. Me has dejado "Muerto" Maria, como siempre...

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  2. Hace que aflore la sonrisa a mis labios con tu relato tan especial en esta fecha.
    Un abrazo.

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    1. Gracias, Rafael, me encanta sacar sonrisas aunque sea a través de esta familia fantasmal :)
      Un abrazo.

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  3. ¡Qué maravilla, hermana, qué delicia!
    Eres asombrosa, querida, capaz de hacer grande cualquier cosa que cuentes.
    Es por ello que eres Grande, no me cansaré de decírtelo.
    Besos, incrédula.

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    1. Tú sí eres asombrosa con tu generosidad... Mis pamplineos ganan mucho cuando los comentas/ais
      Muuuchos besos!!

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  4. ¿Conoces el poema "La cena" del poeta cubano Manuel Díaz Martínez?
    No te lo escribo porque es un poco largo, pero merecen la pena el poeta y el poema.
    Beso

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    1. Ahora sí, 81. En cuanto he tenido acceso a la red lo he buscado y he compartido esa cena tan peculiar con los comensales invitados a ella. Un texto delicioso (y algo truculento), gracias por recomendármelo.
      Beso para ti.

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  5. Flipante, querida!
    O mejor dicho, espeluznantemente maravilloso!!
    Con cariño:
    Tu amiga la pagana!!

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    1. Gracias, querida pagana, lo que es espeluznante (créeme) fue la "fiesta" de ayer en el cementerio del pueblo :) Me resultan fascinantes los rituales de muerte (si son a dosis pequeñas, claro)
      Besazo!!

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  6. Una familia mortalmente entrañable. Una historia del más allá para los del más acá entretenida, tierna y simpática pero, sobre todo, tan bien relatada. Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Josep Mª, me alegra que te haya gustado: puse mucho cariño en esta mezcla ecléctica :)
      Un abrazo!

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  7. Llego un poco tarde, seguro que ya no te quedan chocolatinas y sólo alguna nube de gominola, pero me doy por satisfecha después de haber soltado alguna sonrisa y haber disfrutado de un buen relato.
    Un beso de piruleta.

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  8. De tarde nada, Rosa, ahora mismo te doy una chocolatina y un montón de besos por tu amabilidad.
    Muchas gracias!

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  9. Un buen elemento de análisis, Anuar...
    En una de las tapias de mi pequeño jardín vive un enjambre de avispas; han construido una especie de palacio de barro en varios niveles y tienen una vida muy activa... Siento tanto respeto como temor por sus estructuras sociales y materiales.
    Quizá sí. Quizá, después de todo, puedo sentir que vivo en un enjambre :)

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