El hamster corre y corre sin parar por su rueda. Las manitas apenas tocan las varillas de plástico, mira hacia delante con ojos fijos, tenaces, agudos como alfileres. Parece no cansarse de esos giros infinitos siempre encerrado en su jaula. Yo sé que está muy cansado. Llamo hamster a mi propio corazón.
Encontrar razones no siempre es posible ya que, como tú describes de forma plástica, el corazón es una rueda que gira siempre en la misma dirección. Por eso las sinrazones son tan importantes.
Esas razones del corazón de que se habla: "el corazón tiene razones que la razón no entiende", quizá esas son las razones más importantes, o las sinrazones.
De verdad que ya dudo de que no seas un escritor o escritora consagrado. Creo que cualquier día compraré un libro de poesía de un gran autor o autora y me encontraré contigo. Un beso, o un saludo; no sé.
Querido 81, ante la duda siempre ambas cosas y, si hay que elegir, me quedo con el beso: soy muy interesada. Siempre me encontrarás por estas esquinas del mundo.
¡Vaya, pues pobre corazón! Es una metáfora muy bien llevada, es capaz de unir lo prosaico de una existencia minúscula, pero no por ello menos importante, con algo sumamente complejo como el núcleo duro de toda emocionalidad.
Mare, curiosa metáfora. Jamás se me hubiera ocurrido compara un corazón a un hamster, pero así de original eres tú. Y pensándolo bien… Si, tú corazón puede ser un hamster, tenaz, que mira de frente y hace girar el mundo.
Todos somos originales porque somos únicos, Mari Carmen, cada persona es irrepetible. Me ha encantado leer en tu blog ahora esta frase final en tu relato: "Reuniré los hilos y los convertiré en un corazón de trapo al que quiero enseñar a latir." Curioso que anduviéramos a vueltas con el corazón... Un beso enorme.
No me respondes después de lo leído cruel hamster. Corazón desconsolado, quizá te ocupa un llanto desolado, saber quiero de ti, que no has partido.
Tal vez fuera un amor tan desabrido el que falló. Tal vez fuera el amado que al ver un corazón desabrigrado, no supo responder agradecido.
Perdona, el ridículo. Con dos cuartetos es suficiente, me ahorro los tercetos por vergüenza. Te prometo que no se volverá a repetir. Pero sigue escribiendo. Beso.
Quieres saber de mí, y eso me anima, es una piedrecita en el camino de este hamster de absurda indisciplina
Soy una sonetera que da grima, meto los dos tercetos por cariño: jamás supe rimar ni dos pamplinas.
Con la mayor sonrisa del mundo leo tus dos cuartetos y me emociono. Así que te acompaño en el soneto: no sé hacerlos, como ves fácilmente, en cambio tus versos van hasta encabalgados ¡¡qué bueno!! Nunca, nunca es ridículo algo tan bonito. En unos días me despido del pueblo para empezar de nuevo otro tramo del Camino, ese que pasa por tu ciudad, según dijiste una vez :)) Gracias, mil gracias por interesarte por esta desconocida que te aprecia tanto. Un beso!!
Ternura exquisita en tus letras María. ¡Felicidades por hacer latir con ellas otros corazones...!
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día querida amiga.
Que digas eso es un regalo impagable, Rafael.
EliminarMuchas gracias.
Un abrazo enorme.
Por un instante, tu hamster se ha colado en la jaula del mío.
ResponderEliminarEse ha sido un instante feliz para mí, Loam.
EliminarGracias.
Un abrazo.
Perdona que te contradiga, hermana, pero tu corazón es lo menos parecido a un hámster en su rueda, tu corazón siempre mira y va hacia adelante.
ResponderEliminarAunque a ti no te lo parezca.
Que lo sepas.
:-)
Por fortuna, amiga mía, tú me recuerdas cosas como esa cuando yo lo olvido... con tanta frecuencia!
EliminarUn besazo.
Encontrar razones no siempre es posible ya que, como tú describes de forma plástica, el corazón es una rueda que gira siempre en la misma dirección. Por eso las sinrazones son tan importantes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Esas razones del corazón de que se habla: "el corazón tiene razones que la razón no entiende", quizá esas son las razones más importantes, o las sinrazones.
EliminarUn abrazo, José Antonio.
De verdad que ya dudo de que no seas un escritor o escritora consagrado. Creo que cualquier día compraré un libro de poesía de un gran autor o autora y me encontraré contigo.
ResponderEliminarUn beso, o un saludo; no sé.
Querido 81, ante la duda siempre ambas cosas y, si hay que elegir, me quedo con el beso: soy muy interesada.
EliminarSiempre me encontrarás por estas esquinas del mundo.
Un beso, y un saludo.
¡Vaya, pues pobre corazón!
ResponderEliminarEs una metáfora muy bien llevada, es capaz de unir lo prosaico de una existencia minúscula, pero no por ello menos importante, con algo sumamente complejo como el núcleo duro de toda emocionalidad.
¡Besos, preciosidad!
Esas metáforas con las que aderezamos nuestras vidas :)
ResponderEliminarMuchas gracias, querida amiga.
Un besazo.
si se detiene, muere. déjalo que corra…. lleva vida en sus patas.
ResponderEliminarAsí es Clo, por fortuna corren.
EliminarMuchas gracias.
Mare, curiosa metáfora. Jamás se me hubiera ocurrido compara un corazón a un hamster, pero así de original eres tú. Y pensándolo bien… Si, tú corazón puede ser un hamster, tenaz, que mira de frente y hace girar el mundo.
ResponderEliminarBesos y un fuerte abrazo.
Todos somos originales porque somos únicos, Mari Carmen, cada persona es irrepetible.
EliminarMe ha encantado leer en tu blog ahora esta frase final en tu relato: "Reuniré los hilos y los convertiré en un corazón de trapo al que quiero enseñar a latir." Curioso que anduviéramos a vueltas con el corazón...
Un beso enorme.
¿Sigue corriendo el hamster? Echo de menos sus letras.
ResponderEliminarBeso siempre.
Sigue en su carrera, 81, aunque a veces se pierde en inútiles vericuetos. Por fortuna, siempre encuentra las piedrecitas en el camino de vuelta :)
EliminarSiempre.
A UN HAMSTER-CORAZÓN
EliminarNo me respondes después de lo leído
cruel hamster. Corazón desconsolado,
quizá te ocupa un llanto desolado,
saber quiero de ti, que no has partido.
Tal vez fuera un amor tan desabrido
el que falló. Tal vez fuera el amado
que al ver un corazón desabrigrado,
no supo responder agradecido.
Perdona, el ridículo. Con dos cuartetos es suficiente, me ahorro los tercetos por vergüenza. Te prometo que no se volverá a repetir. Pero sigue escribiendo.
Beso.
Quieres saber de mí, y eso me anima,
Eliminares una piedrecita en el camino
de este hamster de absurda indisciplina
Soy una sonetera que da grima,
meto los dos tercetos por cariño:
jamás supe rimar ni dos pamplinas.
Con la mayor sonrisa del mundo leo tus dos cuartetos y me emociono. Así que te acompaño en el soneto: no sé hacerlos, como ves fácilmente, en cambio tus versos van hasta encabalgados ¡¡qué bueno!! Nunca, nunca es ridículo algo tan bonito.
En unos días me despido del pueblo para empezar de nuevo otro tramo del Camino, ese que pasa por tu ciudad, según dijiste una vez :))
Gracias, mil gracias por interesarte por esta desconocida que te aprecia tanto.
Un beso!!