martes, 4 de diciembre de 2012

Frase perdida




A veces, al abrir el escritorio del ordenador, me sorprende (me espanta) el riguroso desorden de carpetas, papeles sueltos y notas aparentemente sin sentido repartidas por la pantalla en diferentes formatos de documentos de todo tipo... Me aturde de pronto ese conjunto heteróclito de escritos que -pienso- deben tener, o haber tenido en su momento, algún significado.

Hay días en que sé deslizarme como una bailarina por el laberinto de hojas despistadas entre destellos blancos.
Hay días (otros días) en que pienso que tendría que hacer una gran limpieza en las entrañas del ordenador antes de seguir acumulando detritus mentales en este pobre accesorio tecnológico.
Nunca me decido: siempre me dieron miedo las grandes limpiezas, y es muy posible, además, que luego no sepa moverme entre documentos ordenados y bien etiquetados.
Creo que me dispersaría más en el orden (caso de conseguirlo) que en este barullo de ahora, cuando ya sé que abriré carpetas y me sorprenderán contenidos que nada tienen que ver con sus títulos de origen.

Me suelo mover con bastante soltura en las trayectorias erráticas de mis papeles mal archivados, ya digo...

Pero ahora abro una hoja de bloc y veo esto:
cambio desierto místico por paladines


Me sobrecoge esa frase que no sé adónde iba ni para qué.
¿Qué pretendía escribir yo a partir de esa frase?
¿En qué desierto estaba mi espíritu?
Y, sobre todo
¿Para qué querría yo paladines...?

Decido que hoy no es día de escritura y apago el ordenador.
Seguro que él me lo agradece.

6 comentarios:

  1. Te leo y sonrío, porque casi me estoy viendo en la misma situación. Supongo que esto es muy común, pero no lo había visto escrito hasta hoy. Al menos me anima un poco saber que somos más los que estamos en situaciones parecidas.
    Un abrazo y que tengas un lindo martes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo diría que somos bastantes quienes tendemos a enredarnos en la tela de araña de la pantalla.

      Confieso que empecé a escribir casi enfadada conmigo misma y mis nulos métodos archivísticos, y terminé con sonrisa zen, aceptando que hay lo que hay :)

      Un abrazo en este miércoles soleado.

      Eliminar
  2. A veces a mí también me ocurre y pongo el teclado boca abajo, y lo sacudo. No sale ninguna frase, pero estoy seguro de que han caído ahí. Un día lo desmontaré y quizá pueda rescatar alguna historia maravillosa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Seguro que encontrarás todas las historias en medio de esas teclas: no dejes de sacudirlas :)

      Y no olvides decirme dónde podré encontrar tus historias. Deja miguitas de letras por el camino, o algunos signos de puntuación al menos, para que pueda seguirlas.

      Un beso, José Mª.

      Eliminar
  3. Le encuentro a tu caos un orden maravilloso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso es porque eres una persona amable y generosa. En el fondo, todos sabemos orientarnos en nuestros propios laberintos, ya que somos sus constructores, pero a veces... ufff

      Un abrazo.

      Eliminar

Gracias por dejar tu comentario.