sábado, 4 de agosto de 2012

Vestidas con espuma



Yo era niña jugando en playas solitarias.
El mar era mi mundo.
En él siempre encontraba
noticias de unas hadas
vestidas con espuma.

Yo era niña sentada al borde de una roca
con los pies navegando
en busca de sirenas
y banderas piratas.
Oyendo el cuento eterno que cantan las gaviotas.


Los meses del invierno
en colegios oscuros
olía la caracola guardada en el plumier
tocaba el oleaje
lamía ecos salinos
antes de cada clase.
Oyendo el cuento eterno: ser alguien de provecho.

8 comentarios:

  1. "...Era una niña pecosa..."
    Sonrío y pienso en que es curioso como, casi a la vez, dos personas pueden escribir de lo mismo.

    Pero no, esta noche tu tema es diferente y habla de sirenas en sus versos, de esa niñez vivida y soñada, de las caracolas que todos, alguna vez, hemos llevado a la oreja y de esos cuentos eternos que siempre esperábamos escuchar en nuestras casas, en la escuela al maestro, ó leer directamente con nuestros ojos, del cuaderno.
    Un abrazo en la noche.

    ResponderEliminar
  2. ¡Rafael, perpleja quedo!!
    Veo que con diez minutos de diferencia -diez minutos sólo- hemos colgado (con perdón) palabras para una niña. Cada uno con su tema, pero es muy curioso, sí.
    Siempre andamos alrededor de nuestras vidas, es inevitable.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hay coincidencias en la vida muy curiosas, sí. El mar, María, siempre es el mundo, la vida... El líquido elemento en el que permanecemos durante nueve meses antes de nacer,¿tendrá salitre? Y las caracolas, con ese olor subiendo hasta la nariz y el rumor de las olas en la mente, tan lejos del quehacer cotidiano para ser alguien de provecho. (Quizás el provecho lo han llevado otros...)
    Infancia y magia, fantasía y vida. Me quedo con tu mar solitario.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
  4. Encantada de poder compartir mi mar solitario contigo, Mafalda, las sensaciones, los andamiajes de la memoria...
    Estás en tu casa. Sé bienvenida.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Precioso mar con dibujado con halo de infancia y de caracolas que son vida y alegría, juegos, risas, tiempo vivido y añorado.
    Un beso

    Me quedo por acá-
    lujanfraix.blogspot.com

    Mi blog principal

    ResponderEliminar
  6. Yo también fui niño jugando en playas solitarias, María, y supongo que eso no se puede borrar así como así. De lo de ser un hombre de provecho, he pasado, desoyendo los consejos de mi familia. Ya ves que me dedico a las letras.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Muchas gracias por tu comentario y por tu presencia aquí, Luján, en estas orillas del mar de todos.

    Me quedo con tus coordenadas para pasar a visitarte :)

    Un beso y feliz noche.

    ResponderEliminar
  8. Fuimos entonces niños muy afortunados, José Antonio, o eso creo; aunque a veces pienso que no sabría vivir sin el aire salado que respiro o sin el vuelo de las gaviotas sobre mi cabeza...
    Muchas gracias por tu comentario. Y por el provechoso uso de tu tiempo en las letras :)

    Un abrazo y feliz noche.

    ResponderEliminar

Gracias por dejar tu comentario.