miércoles, 18 de enero de 2012

Mis amigas


Voy con mis amigas a ver una exposición y luego a comer. 
Se trata de echar el día juntas. Me han recogido en la puerta de casa y empezamos a charlar en el minuto cero. Conduce Charo, que va tan atenta al coche que casi no habla -cosa impropia en ella-

En un momento dado, al llegar a un cruce, nos dice que prestemos atención a las señales a ver si vamos bien, que ella ya ha tenido bastante con lo de ayer… Naturalmente "¿¿Qué te pasó ayer??", fue la pregunta coral inmediata:

Iba yo tan tranquila a comprar una mampara nueva para el baño y pensando en el modelo que me convendría cuando, al llegar a un punto de la carretera, vi que se abría una salida a la que se accedía por una rampa. Lo encontré raro, pero no vi ninguna otra desviación ni señal indicadora, así que, despacito, enfilé la rampa pensando que las obras de las carreteras cada vez son más dificultosas para los conductores y despotricando en mi interior contra el MOPU o el organismo que lo haya sustituido, sea el que sea… 
De modo que subo la rampa, que era bastante alta y veo de pronto, pegadita al parabrisas de mi coche, una cabina roja, pero allí mismo delante de mis narices: ¡me había subido a un camión aparcado…! ¡¡¡Pero muy mal aparcado estaba, porque vamos…!!! Total, que en eso sale del bar de enfrente un señor con una tostada en la mano y la boca abierta, como en un pasmo. Me miraba sin hablar, sin comer y sin cerrar la boca. Me bajé del coche, me asomé a la baranda del camión y me dirigí a él: “¿Es usted el dueño?”, dijo que sí con la cabeza y la tostada en la misma posición, “pues vaya…ya podía aparcar en otro sitio”, y me metí de nuevo en el coche, di marcha atrás y salí con cuidado a la calle, rampa abajo. Queriendo mantener a toda costa un puntito de dignidad, enderecé ligera de cara a la salida de la carretera, que entonces sí la vi, vaya, que vi que había otro camino, y salí echando leches mientras el camionero seguía allí mirando mi coche, mirando su camión, mirando su tostada… y con la boca abierta estaba todavía cuando dejé de mirarlo por el retrovisor.”


"Eso es lo de ayer. Así que haced el favor de callaros y mirad bien los indicadores".

¡Qué gran cosa los amigos, las amigas!

3 comentarios:

  1. Sí que lo es. Y es importante recordarlo a veces, aunque sea siempre una certeza del corazón, y aunque lo recordemos por estas pequeñas cosas...

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  2. yo lo recuerdo siempre, quizás porque uno se acuerde de lo que ya pocas veces tiene.

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