viernes, 25 de febrero de 2011

Carta

Querido Y.

Te escribo para decirte que se ha producido una desconexión en el sistema, no en el informático, que ese parece seguir bien, o en su línea absurda de funcionar o no a su antojo. Me refiero al sistema de pensamiento nuestro, al sistema de entendimiento entre nosotros, ese "desconocer" del que hablábamos antes.

De pronto me vi sola aunque estabas conmigo y te pregunté si estabas, pero era yo quien no estaba, desaparecida en pleno batacazo emocional, desconectada por pura incomprensión de las claves de comunicación básicas.
Me he llevado un rato esperando que esta máquina se pusiera en marcha y, claro, ahora ya no estás. Incapaz de ver mi proceso, has hecho el tuyo y has desaparecido también, no sé dónde...

Esta carta quiere seguir los derroteros que has tomado; pero sé, presiento fuertemente, que no podrá ser, que ya estoy fuera de tu esfera de intereses.
No puedo entender hoy, mañana quizá sí; quizá mañana caiga el muro que me impide ver. Aunque preferiría el olvido al entendimiento, francamente, cobardemente, tontamente, tristemente...

Entiendo bien a los lotófagos.

Llega un momento en que no podemos avanzar por determinadas sendas...

No divago más. Siento esta caida, lo siento mucho por mí misma que me quedo sin saber qué pasa, sola y esperando encontrar flores de loto.

Hasta pronto. A.

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