jueves, 1 de mayo de 2014

El tiempo de las estaciones


Los relojes de las estaciones (como los de los hospitales, como los que miden la angustia) son lentos, los más lentos de todos los relojes. Grandes círculos que recorren el tiempo con parsimonia. La aguja grande cae en cada punto del minutero con un plock grave. Entre un plock y el siguiente cabe una eternidad. 
Esta estación es grande y sucia. Las palomas vuelan entre los andenes cagando sobre autobuses y pasajeros. 

Lo espero a sabiendas de que es inútil.

A mi lado, en el asiento duro del banco de madera, un muchacho dormita abrazado a su mochila. Yo miro distraída la entrada y salida de autobuses, el paso lento del reloj de plock en plock, los viajeros apresurados...

Entonces lo veo al fondo de uno de los andenes; va con su novia de largo pelo rizado. Parecen enfadados. Ella tiene un gesto hostil y peleón; él, abatido y mustio. El corazón me pega un bote; me pongo con dolor una sonrisa vaga y miro hacia el frente, para que cuando él me vea no tenga que saludarme ni con la mirada. Me ve y sé que dice un Ana insonoro que yo oigo perfectamente porque llega a mi corazón como un grito de júbilo que sale del suyo. Pasa por detrás de mi asiento y con su mano derecha roza mi espalda; a su izquierda va la novia, murmurando quejas airadas por algo que no comprendo ni me importa. 

El muchacho de al lado me despierta. Me dice que ha llegado mi autobús. Salgo de mi sueño aturdida. Le doy las gracias y me voy de la estación, una vez más. 

22 comentarios:

  1. Soñadas o reales, las estaciones siempre me han producido un profundo desasosiego. En ellas, la ausencia cobra dimensiones dolorosamente inhumanas. Tal vez se deba a esa kafkiana dimensión del tiempo que tan acertadamente señalas.

    Saludos y hasta la próxima.

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    1. Gracias, Loam... A mí estos espacios me gustan y me perturban, me producen la extrañeza de lo efímero aun siendo estructuras tan sólidas, normalmente.
      Un abrazo.

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  2. Penélope, con su bolso de piel marrón y sus zapatos de tacón y su vestido de domingo.

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    1. Qué preciosa canción... Aunque no había pensado en ella, debía rondarme por el subconsciente, porque es verdad que mi Ana tiene un punto Penélope :)
      Gracias, Pepe.

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  3. No sé por qué, María, pero me gusta lo que escribes.
    No me puedo resistir a venir, a leer, y a comentar.
    Este relato, como el poema anterior, me deja un poco descolocado.
    Entiendo que desde el principio es imprevisible, pero justo eso es lo que nos lleva y nos trae de acá para allá, amarrados a tus palabras.
    Me gusta, María, no puedo decir otra cosa.
    Un beso.

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    1. Eres tremendamente amable, Santiago.
      Mil gracias por tu comentario, que aprecio mucho, mucho...
      Un fuerte abrazo.

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  4. Ay las estaciones, cuantas ilusiones, cuantas penas, cuantos sueños y tristezas han visto pasar esos andenes, esos bancos… esos relojes.

    Un abrazo!

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    1. Pues sí, y son tantas las emociones acumuladas al calor de los andenes que, de vez en cuando, se abren paso por una rendija de la conciencia y... halehop!!

      Gracias, Miguel, un beso.

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  5. Y a mí que las estaciones me gustan...
    Cómo entiendo a Santiago. Eres como una droga, hermana, de las duras.
    Pero tan hermosa...
    Mil besos.

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    1. A mí también me gustan, hermana: me gustan y me inquietan, como si de ellas se desprendiera un poco de magia de la que no es fácil manejar... algo así como la magia de la incertidumbre, no sé :)

      Mil más para ti!

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  6. Me gustan las estaciones. Espacios de encuentros, muchas veces, fortuitos, que dejan espacio a la imaginación. Como la tuya, querida amiga, llena de bellas palabras e imágenes, como la del reloj. Cómo trasmites...

    Echaba de menos leerte :-)

    Besos y muchos abrazos.

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    1. Espacio de encuentros y desencuentros, esperas y desesperas...
      Creo que tienen un gran poder evocador en sí mismas, las estaciones.
      Me alegra que te guste, querida amiga.
      Muchos besos!!

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  7. Uma estação onde os segundos são lentos como o tempo das angústias... Um lugar onde os desencontros mais nos magoam...
    Gostei do texto.
    Beijo.

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    1. Que bom que você gostou!
      Como sempre, muito obrigada.
      Beijo.

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  8. Estupendo, como siempre. Gracias María, me alegras la tarde.
    Beso

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    1. Saber que de alguna manera te alegro un rato es impagable, yo sonrío encantada.
      Gracias!!
      Un beso.

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  9. El tiempo de las estaciones es tan distinto, si te vas o esperas, si tienes prisa o el reloj marca tiempo que te sobra. Un buen relato lleno de reflexiones.
    Besos.

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  10. Así es, Rosa, la consistencia del tiempo es como si fuera de chicle, siempre depende...
    Gracias por tu opinión.
    Besos!!

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  11. En ocasiones, los sueños hablan de aquello que nos gustaría que pasara o son premonitorios. En este relato, parece que la pareja no se lleva demasiado bien, y que tú esperas algo. Suerte.

    Un abrazo.

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    1. Cualquiera sabe, con los sueños, esos entrometidos :)
      En todo caso, la adormilada Ana sabrá porqué sueña lo que sueña.
      Muchos besos!

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  12. Los peligrosos sueños de las estaciones... Ellos siempre se van con otras y, encima, nos roban el bolso.
    Abrazos, siempre

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    1. Sueños que son unos atorrantes, como los amigos de Serrat, según decía una canción.
      Gracias por tu comentario, Amando.
      Un beso!

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