martes, 1 de octubre de 2013

Orografía


El otoño de mi rostro cambia a cada instante
(como corresponde a la estación).
A veces es un escenario sosegado,
a veces tormentoso, sombrío y huraño
como si el soplo frío del invierno lo azotara
de manera repentina, incomprensiblemente
cruel. Hoy llueve
sobre este paisaje mío de extraña orografía.

14 comentarios:

  1. Espero que esa lluvia caiga del cielo y no de las pupilas y del alma...
    Un abrazo y feliz día de otoño.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Al fin y al cabo la lluvia, aunque sea algo saladita, puede ser un gran alivio muchas veces...
      Gracias, amigo.
      Un abrazo!

      Eliminar
  2. Hay arrugas en el rostro que marcan no sólo el paso del tiempo, sino también el paso de la felicidad, de la risa o la carcajada. Que crujan tus hojas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De todo tengo tras esas "hojas crujientes" (bonita metáfora) y alguna vez incluso, debajo de algunas, aún puedo adivinar a la niña que esperaba en la playa la llegada de los piratas... no está mal tener muchas hojas otoñales :)

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. El otoño es la parte con champiñón en una pizza cuatro estaciones.

    ResponderEliminar
  4. Que la lluvia sólo sirva para limpiar lo malo que el tiempo grabó a fuego.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Así suele ser, Oski, muchas gracias por tus palabras y

      Abrazo fuerte!

      Eliminar
  5. Nuestro rostro es el mapa de nuestras vidas, cuantos más surcos haya, más vida disfrutada.
    La lluvia es una purificación pasajera.
    Besos de gofio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces te asomas al mapa y apenas encuentras en él señales conocidas; otras, es fácil ver las coordenadas exactas de nuestro paisaje...
      Gracias, Gloria :)

      Un montón de besos para ti!

      Eliminar
  6. Bendita sea la lluvia, hermana. Arrastra muchas cosas, limpia, sosiega... Y sin ella no podrían brotar nuevas plantas (si se entiende la alegoría).
    Besos de lluvia para acompañarte en esta tarde.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, al fin y al cabo la lluvia suaviza los viejos territorios y sus accidentes :)

      Muchos besos.

      Eliminar
  7. "...¿No habéis visto llover, pegados a un cristal, sobre las casas, sobre las cosas, sobre los hombres y ese perrito blanco, golfo, con carita de desgraciado, que cruza lampasado en lluvia? ¿No habeis visto llover así, con una melancolía atávica, misteriosa, como si por vuestros ojos estuviesen viendo llover todos los muertos de donde habéis venido? Yo sí. Esta tarde misma. Caía una lluvia fina, apretada, con luz dentro de cada gota, y hacía sol, un sol tuberculoso y sensible, que colaboraba con la lluvia arrancando a los árboles unos verdes insospechados y casi atroces.
    Es bello ver llover sin querer pensar en nada, dejando que la lluvia despierte y cale a los fantasmas que habitan nuestra memoria. Llega un momentoen que parece que lluevepor dentro, pero que llora algo distante como nuestra juventud, o que llueve otro día que era exactamente así."

    De "Día de lluvia" artículo de César González Ruano.

    ¿Te gusta? A mí me encanta.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me parece un texto maravilloso, "...con luz dentro de cada palabra", si el autor y tú permitís parafrasear una de sus preciosas imágenes.
      Me lo guardo en la carpeta ad hoc.
      Muchas gracias, 81, y
      Un beso!!

      Eliminar

Gracias por dejar tu comentario.