lunes, 17 de junio de 2013

Guitarra



Mírala: 
es una diosa altiva y ensimismada. 
No sabe que puede romper un corazón con unas notas 
ni sabe que igualmente puede consolarlo con sus cuerdas.

10 comentarios:

  1. Palo santo
    de seis cuerdas vocales
    e innumerables gemidos
    para sonrojo del silencio...

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Precioso poema, acróbata, éste sí que es un gran homenaje a la guitarra.
      Muchas gracias y
      un beso!!

      Eliminar
  2. Si se toca bien, consuela, pero si eres un negado como yo mejor toca la zambomba. Aún recuerdo una sesión de micro abierto en cierto bar que animó a un muchacho, tendría unos veinte años, que nos dejó sorprendidos... de horror.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Entonces no te invito a una audición mía: "ejecuto" sin la menor compasión la pieza más sencilla... Mi pobre guitarra, por eso, está ahí como el arpa de Becquer, "silenciosa y cubierta de polvo"
      Gracias, José Antonio.

      Un abrazo!

      Eliminar
  3. No puedes llevar más razón, y si va acompañada de voz, letra y dedicatoria ni te digo.

    No se si lo conocerás pero te dejo uno de los mejores ejemplos, bajo mi punto de vista:

    http://www.youtube.com/watch?v=Rj02LmHe20Y

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conocía esta canción, qué triste y qué bella es! No sé si será uno de los mejores ejemplos (mi proverbial mal oído me impide valorarlo) pero desde luego es un buenísimo ejemplo de la conjunción que dices: guitarra, voz, tema...

      Muchas gracias, Miguel
      Muchos besos!

      Eliminar
  4. Qué imagen tan hermosa, hermana. Esa guitarra ambivalente que lo mismo sirve para herir que para sanar la herida... Como las palabras o las miradas.
    Supongo que todo depende de quién y cómo las utilice.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. El sonido de una guitarra puede ser el bálsamo de Fierabrás o el dedo en la herida... Estoy recordando algo de Borges, que todo lo dice de manera certera y sublime; son los últimos versos de un soneto:
    "Un símbolo, una rosa, te desgarra
    y te puede matar una guitarra."
    El soneto es buenísimo, seguro que lo conoces, pero si quieres te lo paso.

    Mil besos!

    ResponderEliminar
  6. Pobre de aquel que no alcance a emocionarse con el sonido de una guitarra, o con la magia de un verso, o con la sonrisa de un niño. Lastima que yo no sepa tocarla porque me encantaría arrancarle, de su caja sin fondo, muchas notas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todo es ponerse... aunque yo me he puesto algunas veces y no hay modo de que encontremos nuestros mutuos acordes. Seguro que tú podrías.

      Eliminar

Gracias por dejar tu comentario.