martes, 9 de octubre de 2012

Electroduendes


Mirar atrás no sirve para enmendar errores. Si acaso, te devuelve una visión de ellos más distorsionada aún, por la torsión de cervicales. Metafóricamente hablando, yo ya tengo una tortícolis crónica de pasarme todo el santo día girando la cabeza para mirar atrás a ver las muchísimas cosas que siempre hago mal.

He decidido mil veces apagar la memoria, exactamente el sector del departamento de fallos, pero nada, un mal duende con conocimientos de electricidad me arregla el apagón enseguida, y una corriente eléctrica renovada empieza a encender neuronas, una detrás de otra, como farolillos de verbena, y en un momento tengo de nuevo iluminadas las estampas que oscurecí.

Qué inútil trabajo.

(Me pregunto dónde estarán guardadas
las lágrimas que aún no derramé).

4 comentarios:

  1. Eso quisiera saber yo donde se guardan. Pero no te creas un caso único. No existe quien haya llegado a los cuarenta sin haber infringido o su código racional y su código moral. Son los malditos adelantos de la hominización.
    No me hagas caso, hoy no debería de escribir nada.

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    1. Infringimos nuestros propios códigos y eso nos afecta, aunque no siempre de igual modo, dependiendo de los contextos. Al fin, somos tan humanos...

      "Y el hombre… Pobre… pobre! Vuelve los ojos, como
      cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
      vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
      se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

      Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé."

      Siempre me emocionó esta visión compasiva de César Vallejo.

      Un abrazo, 81.

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  2. Quizás se guardan en "un rincón del alma", como dice la canción, o puede que tras los cauces secos de unas pupilas. También es posible que estén en esa calle del olvido esperando que un día te recuperes de la "tortícolis crónica" y puedas volver la mirada atrás.
    Un abrazo en la noche.

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    1. "En un rincón del alma, donde guardo la pena..." Dondequiera que estén, seguro que acuden en mi ayuda en cuanto las necesite. Son tan cumplidoras y amables...

      Gracias Rafael.
      Un abrazo.

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