viernes, 31 de agosto de 2012

Luna azul

Hoy, noche de luna azul,
celebraré en su honor y en tu memoria
en el jardín de piedra
una fiesta de adios y de tormenta
junto a mis compañeros del verano:
los grillos de etiqueta
las cigarras amigas de las Musas
las tres salamanquesas cazadoras
-bellas como Diana-
el enjambre de avispas de la tapia
las tórtolas pacíficas
y la culebra verde que apareció hace días
bajo la esparraguera trepadora.

Pondremos nuestra mesa
junto a la delicada madreselva.
La luz intermitente del relámpago
serpentinas de rayos encendidos
y flores amarillas del hibiscus.
El redoble profundo de los truenos 
pondrá un buen contrapunto de tambores
al compás de las olas de Levante.

Listo ya el escenario.

Cuando llegue la luna
envuelta en vaporosas nubes negras
sin cortejo de estrellas
seremos educados anfitriones
y ella extenderá para nosotros
la alfombra de luz blanca
que lleva en línea recta al horizonte.

Noche de luna azul
y de un adios sin beso ni hasta luego.
 
 

 
(Para este fenómeno infrecuente
de periodicidad constante:
la "luna azul",
un ciclo extra de luna
que nos regala este año.)

8 comentarios:

  1. Qué delicado es el sonido del trueno. Un poema para detenerse en las cosas pequeñas.

    Un abrazo.

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  2. ¡Ay luna azul que llegas y te duermes en esta noches clara, comienzo de septiembre!... Yo quiero que seas el reflejo, el faro intermitente y el rostro que deseo...
    Un abrazo en la tarde.

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  3. Por cierto:¿Qué hiciste con la culebra?
    Un saludo.

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  4. Sí, José Antonio, la verdad es que yo soy mucho de las pequeñas cosas, de los escenarios cotidianos...
    Muchas gracias por tu comentario.
    Un abrazo.

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  5. Ojalá, Rafael, esta luna refleje cuanto deseas. Podríamos pensar -bendito pensamiento mágico- que este ciclo lunar extra tiene ese poder de conceder deseos, como las estrellas fugaces o ciertos pozos y árboles...
    Septiembre será un buen comienzo de un nuevo ciclo :)

    Un abrazo.

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  6. La culebra sigue ahí, José, vive en una maraña vegetal inexpugnable. Yo respeto su arbusto y ella respeta mi butaca. A veces la veo, pero no es más que un destello sobre las piedras y enseguida desaparece bajo una mata o por un agujero de la tapia. No es mala compañera.

    Un abrazo.

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  7. La Luna, vuelve la Luna. Creo que te advertí de que hay que tener cuidado con ella, te puede adormecer como a su amado Endimión. ¡A cuantas muchachas ha adormecido los sentidos esta Luna Llena y las ha perdido para siempre!
    No he podido encontrar el ejemplar de Sabines, ni la antología, están agotadas. Tendré que mirar en Iberlibro.
    No te fíes de la Luna. Aunque parezca de oro y nácar, es una falsa moneda.
    (Tampoco encuentro mi cuadernito con los apuntes lunares).

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  8. Me advertiste, ciertamente, pero es que soy un poquito "jartible", como dicen en Cádiz :)

    No encuentras ni los libros ni tu libreta sobre los nombres de la luna...¡Vaya! parace que tengas alrededor la conjura de las cosas buscadas. Siempre pasa: si quieres algo, justo eso no aparece. Pero los encontrarás, seguro.

    Feliz noche, 81.

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