miércoles, 20 de junio de 2012

El viaje a Palermo


Compré un billete de avión para ir a un lugar al que llegaré hoy, solamente, mirando su nombre impreso en la hoja de papel.
No cogeré ese avión; hoy no viajaré a Palermo.
Pero hago como que sí.

En un fogonazo azul casi turquesa miro la ciudad desde la ventanilla, acercándose a mí como la vez que estuve allí. 
Hay lugares maravillosos, lugares comunes, lugares cómodos, o difíciles y como desordenados; los hay luminosos o algo oscuros, bulliciosos, o callados como para no molestar... Hay lugares tan llenos de todo que parece que no cabe nada ni nadie más. Y hay Palermo, donde tantas cosas y tanta vida se salen de su sitio por rebosamiento, y una se aturde con el arte en cada esquina, con el color rabioso, con la gente que habla metiendo las frases en partituras musicales, que ponen notas de risa en la voz aunque digan palabras de enfado.

Hoy llego a Palermo desde esta otra esquina mediterránea: las avenidas grandes junto al mar, las calles estrechas del centro, los mercados atiborrados, el olor a pescado, los vendedores vociferantes, los coches que casi te atropellan -scusi, signora, prendiamo un café, prego...- los cafés, la catedral, los museos, las flores, la pizza, la música, los palacios, las casas de colores... y siempre un azul impactante de fondo. 
El mismo azul de aquí, ma azurro....

Me dejo invadir por el mundo paralelo de un viaje que hoy no haré mientras cruzo la calle para comprar el pan, mientras desayuno café con leche, mientras saludo a la vecina, mientras escucho en la radio las noticias -cabreantes- sobre el cataclismo económico, mientras me lavo los dientes y pongo música a todo volumen... Mundos paralelos me invaden y yo me dejo.

7 comentarios:

  1. ¿Estás segura de que no hiciste ese viaje...? (Lo digo porque yo sí le hice a través de tus letras).
    Un abrazo y feliz día.

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  2. Siempre pasa eso, Rafael. Ella es capaz de llevarnos de viaje a través de sus letras. Esta vez no ha podido ser, Mare, pero seguro que habrá otra oportunidad de visitar Palermo. Besos.

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  3. No sabes cuánto me alegra haber contado con tu compañía en este viaje, Rafael. Te invito a café y cannoli :)
    Que tengas una feliz noche.

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  4. Seguro que sí, Ana. Habrá otros billetes (baratitos) a ese destino y a otros. A ti te invito a cannoli .por supuesto- y a menta poleo.
    Feliz noche.

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  5. Y oír pasar en la noche el carruaje, con la figura dorada del Gatopardo en las portezuelas, hacia el palacio de los Ponteleone por Vía Salina, Vía Valverde, la bajada de los Bambinai, tan alegre de día con sus tenduchas de figurillas de cera y tan tétrica durante la noche...
    Es Palermo.

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  6. El comentario anterior es de 81, pero dada mi torpeza con estos aparatos ha salido como Unknown.

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  7. Un recorrido maravillosamente descrito, y tan literario, que hay que hacerlo...
    Sí, es Palermo.
    Gracias por tu comentario, 81.

    (Soy la reina de las torpezas informáticas de todo tipo:))

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